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¿Por dónde comienzo?

Estoy decidido, pero también estoy perdido.

Justo en el blog anterior hablamos de la creación de hábitos, de como la repetición de pequeñas acciones, nos llevan de manera óptima a nuestra meta, ahora el punto clave se encuentra en definir esas pequeñas acciones. 

En un mundo donde todos clamamos tener la verdad, ¿por dónde comenzar?, te recomendaría comenzar por evaluarte y conocer tus diversos sistemas al menos de manera simple (si no tienes muy claro como hacer esto, te recomiendo ir a este otro blog que tenemos: 


https://www.empawerfitness.com/post/en-un-mundo-lleno-de-likes-y-rankings-qué-calificación-te-pondr%C3%ADas) 

Pero bueno si no estás en el punto de evaluarte a ti mismo hagamos un ejercicio más sencillo, primero definamos la meta, ¿qué es lo que más quieres? ¿cuál es el motor de tu día? El mejor desempeño, la estética, la salud, ganar una competición.

Una vez que tenemos la meta en mente hagamos un ejercicio que aprendí recientemente:

-Paso uno visualízate: ¿Cómo se verá esa mejor versión de ti?, ¿cómo se sentirá ganar la competición?, ¿cómo te verás en ese traje de baño el siguiente verano?

Ahora que te has visualizado, describamos un poco el elemento que esa versión de ti priorizó para lograr su objetivo. 

Ejem: Perder grasa corporal requirió Comer Mejor.

Y justo es en esta parte donde todo suena tan simplista que sarcásticamente dirás: “de verdad, me estas diciendo que para verme mejor hay que comer mejor, si eso ya lo sé, lo que no se es cómo”

Y sabes tienes toda la razón, por eso ten calma y continúa el ejercicio. 

Ya que hemos definido:


1.La meta: Verme mejor

2.La habilidad necesaria: Comer mejor.

Pasemos al 3er punto, definir la práctica, o sea qué implica comer mejor: 

3.Práctica: Comer más lento, identificar los elementos en mi plato, comer más proteína, comer en horas adecuadas.


Ok, parece que empieza a cobrar forma todo, ¿no? Es ahora cuando pasamos al último punto del ejercicio, esas prácticas las dividimos en acciones más pequeñas y sencillas que nos permitan fijar el hábito. Como bien sabemos todo está en la repetición constante de pequeñas acciones siempre tomando en cuenta la facilidad de ejecución.


4. Acciones diarias de 5 min: 

– Poner una alarma el sábado (o día de elección) para ir al mercado.

 – Cocinar una ración extra que me pueda llevar a la oficina al día siguiente y no quedar  a la deriva del vending-machine. 

– Agendar en mi calendario la hora de comida, es así como podré dedicarle tiempo a masticar. Ya no es una pérdida de tiempo ya que esta planificada en mi calendario y yo lo he decidido. 

 – Identificar mi proteína. Actividad que implica mínima cantidad de tiempo y es una poderosa reflexión que me permitirá poner en mi plato el elemento más importante. 

Al igual que estas acciones previas, hay miles de opciones y cada una se puede adaptar a tus requerimientos y estilo de vida. ¡Recuerda! No todos estamos en el mismo punto y no todos necesitamos lo mismo. Este ejercicio se puede desarrollar con cualquier punto acción que quieras mejorar, desde ahorrar, hasta entrenar más días a la semana.

Como último apartado del blog y para darte un poco más de apoyo en la elección de las actividades ha realizar, puedes utilizar el siguiente enfoque:

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Espero que este ejercicio te haya permitido visualizar lo sencillo que es construir un hábito, de hecho, has construido miles de hábitos a lo largo de tu vida, sólo que no te has tomado el tiempo aún para reflexionar en ello. Al final del día, buenos o no tan buenos, pero todos tenemos hábitos.

Y si a pesar del ejercicio te encuentras perdido, busca ayuda, otra parte importante de la creación de hábitos, que no he mencionado, es el Apoyo. Al final del día nunca estamos solos. 

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Y tú ¿qué tan difícil lo quieres?

Siguiendo la línea de los blogs anteriores, donde hablamos de:

1. Cómo establecer un hábito

2. Estrategias para segmentar las acciones que a su vez nos lleven de manera más

eficiente a la creación de hábitos


Hablemos ahora de el elemento más difícil, la elección de la acción que más me

beneficia, ya que como seguro te habrá pasado, has encontrado un sinfín de

habilidades que necesitas desarrollar para lograr tu objetivo. Pero ¿Todas las acciones

tienen el mismo impacto? ¿Cómo se cuál es la que yo necesito?

Y para contestar esta pregunta te dejo el siguiente ejercicio que me parece súper

interesante y útil.


Hace unos meses comencé a tomar un curso que me hizo reflexionar sobre un tema

que pone en perspectiva la dificultad de las acciones que tomamos para alcanzar una

meta o mejorar un aspecto de nuestras vidas.


Por que todos sabemos lo difícil que es culparnos por gastar de más un mes, pero lo

que en realidad es difícil es apartar dinero al inicio del mes y ahorrarlo.


¡Y sí! esto es aplicable en cada aspecto de nuestras vidas.


En las siguientes líneas intentaré ponerte un ejemplo de el ejercicio de reflexión que

aprendí, que me recordó este punto, se llama Difficult-Easy vs Difficult-Difficult.


¡Y si!, todos sabemos que nadie escarmienta en cabeza ajena, sin embargo, te quiero

dejar una experiencia personal que seguramente se asemeja a alguna etapa de tu vida.


A lo largo de mi vida he sido una persona que le gusta estar en forma, que disfruta de

tener una capacidad física óptima, y si porque no decirlo, verse bien en el espejo.


Sin embargo, durante mi etapa universitaria comencé a notar que me era un poco más

difícil, mantener en balance mi rendimiento físico y aspecto corporal. Incluso llegué a

buscar remedios en todos los sitios desde las rutinas publicadas por la afamada revista

Men´s Health hasta remedios populares de quema de grasa (cardio en ayuno, no carbs,

saunas).


Y tu te preguntarás, ¿Sirvió? y yo lamentaré contestarte “No”.


Es así como al igual que toda buena persona desesperada y con mala asesoría respecto

a rendimiento físico y composición corporal, deduje “será que no estoy haciendo el

suficiente ejercicio” y fue así como llegue a incontables horas en el gimnasio, dobles

sesiones de alta intensidad, y a consumir proteína hidrolizada.

Y aquí tu pensarás “seguro eso si sirvió” y yo volveré a desilusionarte y decirte “NO”


De hecho, comenzó a tener efectos completamente opuestos a los esperados,

comencé a sentirme cansado en todo momento, me dormía en clase, noté que

empezaba a acumular grasa a nivel abdominal. Y como bien lo imaginas, en vez de

hacer caso a mi cuerpo y escuchar estas señales, me mantuve en esta línea de acción

por muchos años, exigiendo a mi cuerpo más de lo que podía.


Hasta que un buen día me cuestioné ¿en realidad estoy haciendo todo lo que puedo?

O mejor dicho ¿estoy haciendo todo lo que debo?


En realidad, durante estos años estaba realizando actividades que me daban solo la

sensación de avance y más importante, actividades que mi mente estaba dispuesta a

realizar, que no necesariamente eran las que me iban a hacer mejorar.

Y ahora te cuestionarás ¿y qué actividades te hubieran hecho mejorar? ¿Qué no todo

es el ejercicio?


Pues mira lo desgloso de manera sencilla y mediante el ejercicio que te propuse al

inicio:


Acciones Difficult-Easy (conllevan un esfuerzo, pero es un esfuerzo asumible y

regularmente no son las que nos hacen falta en la ecuación), ejemplo de esto en mi

caso:


-Hacer ejercicio con regularidad


-Planificar mi tiempo para priorizar moverme


-Meter ejercicio en horarios complejos (las noches)


-Tomar barritas de proteína


Acciones Difficult-Difficult (más allá del esfuerzo, conllevan un verdadero compromiso

y son las que nos suelen faltar, las que más nos acercan a nuestra meta y las

verdaderamente difíciles ya que nos sacan de nuestra zona de confort) ejemplo de

esto en mi caso:


-Planificar mis horas de entreno en horarios pertinentes (al menos antes de las 21:00

hrs)


-Sesiones menos intensas, más cortas, pero mejor enfocadas en una persona con

múltiples actividades demandantes (estudiante de medicina)


-Disminuir mi consumo de alcohol en cada fiesta (sí, antes bebía mucho)


-Priorizar mi descanso, dormir al menos 8 horas (para permitir a mi cuerpo quemar

grasa y construir músculo)


-Comer proteína magra y de calidad


-En general comer más balanceado y priorizando la calidad


Después de haber leído esto te invito a que realices este ejercicio, que pienses cuales

son las actividades que te sacan de verdad de tu zona de confort, esas actividades que

tu sabes que te beneficiarían pero que representan un esfuerzo muy grande. Porque

todos sabemos que es difícil pagar el gimnasio, pero es aún más difícil ir todos los días.

Recuerda que la vida comienza fuera de nuestra zona de confort.


Y si a pesar de realizar la reflexión aún te cuesta definir las acciones que más te

beneficiarían o no sabes como y por donde empezar, no esperes como yo a que tu

cuerpo grite desesperado por ayuda. Acércate y pregúntanos, tenemos algunas

herramientas que te pueden orientar.